No hace muchos años, algunos de los ordenadores más antiguos dependan de las unidades de cinta magnética para su almacenamiento, equipos de tamaños descomunales que ocupaban habitaciones enteras y que eran complicados de trasladar. Un ejemplo es el IBM 360, donde con unas dimensiones de 1.73 metros de alto, 1.52 metros de largo y 74 cm de ancho pesaba una tonelada de peso ofreciendo únicamente 5MB de capacidad.

Por suerte, la ciencia avanza, y una prueba de ello es que IBM ha conseguido desarrollar una cinta magnética capaz de alcanzar una densidad de 330 TB de datos sin comprimir en un solo cartucho de unidad de cinta, lo que da 201 GB por cada 6,46 centímetros cuadrados.

IBM alcanzó este hito en la densidad de cinta magnética mediante el desarrollo de varias nuevas tecnologías. Las versiones más antiguas de la cinta magnética de IBM usaban una fina película de partículas de ferrita de bario aplicada a la superficie como pintura.

La “cinta de pulverización catódica” utiliza varias capas de película de metal fino que se aplican usando una nueva tecnología de vacío. Una capa de lubricante también se aplica a la superficie de lectura de la cinta para mantener la cinta en buen estado de funcionamiento mientras se ejecuta a través de la unidad. La disposición de nanopartículas magnéticas de mayor densidad, por supuesto, requiere de una nueva tecnología de accionamiento para su lectura.

Vía | El chapuzas informático